Nací en Madrid en 1978, en el populoso Barrio del Pilar, un barrio obrero del extrarradio madrileño. Y crecí feliz entre parques, plazas, colegas, estudios, baloncesto, más parques y veranos en mi pueblo materno, Malpartida de Corneja (Ávila). Influenciado por mi pasión por los comics y el dibujo, estudié Publicidad y Relaciones Públicas entre Segovia y Madrid, enfocándome hacia la creatividad publicitaria y la comunicación visual. Cuando acabé, estuve trabajando durante 20 años en agencias de publicidad, marketing y editoriales como director de arte, ilustrador y diseñador gráfico, hasta que hace unos cuantos me lancé y empecé a trabajar para mí mismo como ilustrador freelance, hasta el día de hoy.

No sabría acordarme del momento exacto en el que empecé a garabatear, porque desde que tengo uso de razón me vuelve loco esto de los lápices, la tinta, los colores, y el papel. Recuerdo lo mucho que me gustaban los libros de colorear, dibujar lo que veía en la tele, o hacerme mis propios tebeos con ceras de colores. Todavía a día de hoy me quedo tonto cuando entro en una papelería. Y es que esto de la ilustración, además de mi oficio, es algo que me encanta. Cuando estoy dibujando, y mi hemisferio derecho coge el control de la nave y pone rumbo al planeta inspiración, me abstraigo de todo y no veo fuera del lienzo, no oigo, no tengo hambre, no me duele nada. El tiempo fuera de mi burbuja va a otra velocidad, y mientras, dentro, disfruto como el enano que fui... o que sigo siendo.